La ciudad

Geografía


El mar Mediterráneo acaricia la costa de la ciudad de Barcelona, mientras que la cordillera de Collserola protege la ciudad por el lado oeste con un paisaje de bosques muy diverso, con cultivos, prados secos, pinares, encinares y vegetación de ribera. 

La capital catalana, situada a 166 kilómetros de la frontera con Francia y a 120 kilómetros del sur de los Pirineos, está delimitada por dos ríos: el Llobregat por el sur y el Besòs por el norte. 

El llano de Barcelona más próximo a la cordillera litoral se encuentra salpicado de pequeñas colinas (Monterols, el Putget, el Carmel, la Rovira y la Peira), y antiguamente había muchas rieras y pequeños pantanales. Cerca del litoral se levanta la montaña de Montjuïc, con una altura de 191,7 metros. 

Barcelona, que tiene una superficie de 100,4 kilómetros cuadrados, forma parte de la comarca de El Barcelonès, junto con Santa Coloma de Gramenet, Badalona y Sant Adrià, en el norte, y L'Hospitalet de Llobregat, en la frontera sur de la ciudad. 

El clima de Barcelona es de tipo mediterráneo, con veranos cálidos y húmedos, e inviernos con un frío moderado, con más precipitaciones hacia el otoño y la primavera. La temperatura media anual según el Observatorio de Can Bruixa del año 2005 ha sido de 17,6 grados.

Historia


En época neolítica ya hubo presencia humana en el territorio de Barcelona. A finales del siglo I aC se fundó como colonia romana con el nombre de Barcino. Contaba con unos mil habitantes y estaba rodeada por una muralla de defensa de la que aún se conservan restos en el casco antiguo.
Durante más de 200 años, Barcelona estuvo bajo dominio musulmán, y con la reconquista cristiana se convirtió en condado del Imperio Carolingio y en residencia habitual de la Corona de Aragón. La fructífera época medieval convirtió a Barcelona en un centro económico y político del mediterráneo occidental. El Barrio Gótico de la ciudad supone el precioso testigo del esplendor que vivió Barcelona desde el siglo XIII hasta el XV.

A partir de entonces y hasta el XVIII, Barcelona vivió una cierta decadencia mientras luchaba por mantener su independencia económica y política. En 1714, esta lucha culminaba con la caída de la ciudad en manos de las tropas Borbónicas. Ese año supone la pérdida de los derechos y privilegios de Cataluña y de los catalanes.
A mediados del siglo XIX, con la llegada de la Revolución Industrial y el desarrollo sobre todo del sector textil, se inicia una etapa de recuperación cultural. Se trata de la Renaixença, un período en el que la lengua catalana se renueva como lengua literaria.

El siglo XX inaugura también una importante transformación urbanística en la ciudad de Barcelona que culmina con su característico Barrio del Eixample, donde se ubican algunos de los edificios del modernismo catalán más distintivos de Barcelona. Uno de los arquitectos más destacados de este periodo fue el catalán Antoni Gaudí, autor de obras tan internacionalmente conocidas como la Casa Milà (o Pedrera), la Casa Batlló o el templo de la Sagrada Familia.
Las libertades conseguidas durante esta etapa fueron sustancialmente recortadas durante la Guerra Civil, en el año 1936, y la dictadura. Con el restablecimiento de la democracia, en el año 1978, Barcelona recuperó su fuerza sobre la economía y el catalán. La celebración de los Juegos Olímpicos en 1992 supuso la dinamización de todo su potencial de Barcelona y la reafirmación de su capitalidad.
En el año 2004, la organización del Forum de las Culturas propició la recuperación de zonas industriales, que se convirtieron en Barrios residenciales. Un ejemplo de los renovados ánimos con los que la Barcelona mira el siglo XXI.

 

 

Gastronomía

En su condición de gran metrópolis, Barcelona recibe lo bueno y lo mejor de los productos que se conrean, se pescan, se crían, se cazan o se recogen en el territorio.
Los elementos que definen la cocina catalana no serían posibles sin este continuado y enriquecedor abastecimiento: los mar y montaña, los agridulces, la picada (mezcla de fruta seca, líquido de cocción, y ajo o hierbas aromáticas), el sofrito (ajo, cebolla, tomate y pimiento verde con aceite de oliva), el alioli (emulsión de aceite y ajo hecha con el mortero) y la entusiasta aceptación de los productos extranjeros…
Descubre de cerca los secretos de la cocina catalana. Prepara y disfruta de una selección de sus recetas más auténticas y representativas. ¡Buen provecho!